Una tradición de siglos que se enmarca en la Parroquia de San Miguel de Palencia.
ORIGEN, ANTIGÜEDAD
Y RAIGAMBRE TRADICIONAL DE LA COFRADÍA
DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS Y DEL BAUTIZO DEL NIÑO JESÚS
Son pocos los datos que en la actualidad nos pueden
ayudar a datar con exactitud el origen y la antigüedad de la Cofradía del Dulce
Nombre de Jesús y por consiguiente la celebración del Bautizo del Niño.
Para datar con
la mayor exactitud posible el origen de esta celebración, nos basaremos
en los pocos documentos que obran en poder de la Cofradía y principalmente en
los testimonios de los cofrades más veteranos y de las publicaciones que sobre
ella existen.
No sería aventurado decir que la fundación de nuestra
Cofradía y su fiesta, se remonta a finales del siglo XV, o principios del siglo
XVI.
Este referente viene dado por el manuscrito con hojas
de pergamino perteneciente al libro denominado “REGLAS Y ORDENANZAS”, fechado
en 1588, (más adelante haremos referencia al origen y destino de
este libro) en el cual se indica, en su Capítulo Primero, la
concesión por parte del Papa PIO IV, de un “Breve” el día 12 del mes de abril
del año 1564; y una “Bula” el día siguiente del mismo mes y año.
En ellos se concede “muy grandes perdones,
indulgencias y privilegios”, siendo ratificados posteriormente por Su Santidad PIO V.
Esta “Bula Papal” es de vital importancia, ya que en
ella se dice que el Reglamento de la Cofradía es de nueva redacción, lo que nos
indica a todas luces su existencia con anterioridad a esta fecha (1564), y dado el necesario transcurrir del tiempo para la
obtención de tales prebendas Papales, todo cabe indicar, como ya hemos señalado
anteriormente, que la fecha de fundación de “La Cofradía del Dulce Nombre de
Jesús y de su Bautizo”, podemos datarla con más o menos exactitud a finales del
Siglo XV a principios del XVI.
Por ello tenemos el pleno convencimiento de que nuestra historia se remonta a más de 500
años.
Alrededores de la Iglesia de San Miguel (Años 40)
Una vez
señalada la fecha de fundación, indicaremos nuestra procedencia y ubicación, ya
que como verán es fundamental a la vez que peculiar, para conocer la raigambre
y tradición en la ciudad de Palencia.
Para ello tomaremos como
referencia el trabajo de investigación y recopilación de datos que vieron la
luz en un pequeño libro editado en 1986 por La Cofradía, así como otros
escritos, documentos y testimonios que han llegado hasta nuestros días.
A mediados del Siglo XVI,
Palencia contaba con una población muy heterogénea en su composición:
cristianos, judíos, moros, conversos…
La ciudad estaba amurallada y
se accedía a ella por siete puertas y varios portillos. El esplendor del
asentamiento en la margen derecha del río, donde se ubicó la primera judería,
había declinado.
La última de estas juderías,
ocupó parte del populoso barrio perteneciente a la Parroquia de San Miguel, de
trazado irregular y que aún hoy conserva algo de su carácter judío.
Era una época de gran
religiosidad en general y en concreto en la gente de Palencia. El
asociacionismo religioso de estos siglos crece y tiene un carácter no solo
piadoso, sino también caritativo, de ayuda mutua contra los grandes problemas
que crean la enfermedad y el hambre.
En este ambiente debió de
surgir la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús.
El
emplazamiento de la Cofradía, la celebración en aquellas fechas de la
Circuncisión del Señor como advocación principal, (también
celebraban San Antolín, patrón de Palencia), la ausencia de menciones
marianas, la pertenencia a la Cofradía de cuadros con escenas de la
Circuncisión, o de una serie de arcas de nogal (hecho
que nos consta por notas en la recopilación de información, ya que en la
actualidad no existen tales arcas), nos indica con casi total
seguridad el origen judío de esta Cofradía, y por lo tanto de la Fiesta del
Bautizo del Niño Jesús.
Otros hechos destacables que avalan esta teoría es la condición social de los primeros cofrades, siempre en número restringido, dado el pago que debían hacer al entrar y de las posesiones (terrenos, viñas, casas…) de las que se dice era propietaria la Hermandad.
Basándonos en lo anteriormente expuesto, todo apunta a la posibilidad de que fuera una asociación de raíz judía, que en un momento determinado (finales del Siglo XV) y como consecuencia de las circunstancias religiosas y sociales de la época, decide cambiar su advocación principal de la Circuncisión (tradición judía), para festejar una costumbre, el Bautismo (tradición cristiana), teniendo como marco un barrio de raigambre judía: San Miguel.
Cabe destacar, que aún habiendo un cambio significativo en la celebración, pasando de celebrar la Circuncisión al Bautismo, señalaremos que este hecho se produce de una forma muy natural, ya que las dos celebraciones tienen el mismo significado; LA IMPOSICIÓN DEL NOMBRE, y con ello la incorporación de la persona, circuncidada o bautizada, a la comunidad religiosa a la que pertenecía.
Para la mentalidad judía, el nombre, expresa la realidad profunda del ser que lo lleva, y revela su misión en el mundo, manifestar es lo mismo que revelar la persona y el poder de la misma.
Por ello la importancia y el significado que el nombre de JESÚS tiene tanto para el Cristianismo como para el Judaísmo.
Jesús es el nombre en castellano del hebreo “Jeshua”, que significa “Yahueh salva”.
Otros hechos destacables que avalan esta teoría es la condición social de los primeros cofrades, siempre en número restringido, dado el pago que debían hacer al entrar y de las posesiones (terrenos, viñas, casas…) de las que se dice era propietaria la Hermandad.
Basándonos en lo anteriormente expuesto, todo apunta a la posibilidad de que fuera una asociación de raíz judía, que en un momento determinado (finales del Siglo XV) y como consecuencia de las circunstancias religiosas y sociales de la época, decide cambiar su advocación principal de la Circuncisión (tradición judía), para festejar una costumbre, el Bautismo (tradición cristiana), teniendo como marco un barrio de raigambre judía: San Miguel.
Cabe destacar, que aún habiendo un cambio significativo en la celebración, pasando de celebrar la Circuncisión al Bautismo, señalaremos que este hecho se produce de una forma muy natural, ya que las dos celebraciones tienen el mismo significado; LA IMPOSICIÓN DEL NOMBRE, y con ello la incorporación de la persona, circuncidada o bautizada, a la comunidad religiosa a la que pertenecía.
Para la mentalidad judía, el nombre, expresa la realidad profunda del ser que lo lleva, y revela su misión en el mundo, manifestar es lo mismo que revelar la persona y el poder de la misma.
Por ello la importancia y el significado que el nombre de JESÚS tiene tanto para el Cristianismo como para el Judaísmo.
Jesús es el nombre en castellano del hebreo “Jeshua”, que significa “Yahueh salva”.
Este hecho tan significativo de la IMPOSICIÓN DEL NOMBRE, tenía lugar
según la tradición judía en el momento de la Circuncisión: “A LOS OCHO DÍAS CIRCUNCIDARON AL
NIÑO Y LE PUSIERON DE NOMBRE JESÚS”,
nos dice la Biblia.
La tradición cristiana, celebra esta imposición del nombre de Jesús, al
recién nacido, el día 1 de Enero, ocho
días después de su nacimiento, festejando así “EL DULCE NOMBRE DE JESÚS”, o más popularmente conocida como
“FIESTA DEL BAUTIZO DEL NIÑO”.
Este día, y por el Sacramento del Bautismo, el bautizado pasa
a ser miembro de Cristo y partícipe de su misión: “EL BAUTISMO ES EL SACRAMENTO DEL
NUEVO NACIMIENTO POR EL AGUA Y LA PALABRA”, nos dice también la Biblia.
Estos hechos y circunstancias resumen los motivos de la creación de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y de la Celebración de la Fiesta del Bautizo del Niño Jesús.
Por lo tanto, todo parece indicar y nos lleva a la conclusión final que esta Fiesta celebró en sus orígenes el rito judío de la Circuncisión, para posteriormente, y hasta nuestros días celebrar el Sacramento cristiano del Bautismo.
Siendo por ello una Fiesta y una Celebración muy importante (independientemente del momento histórico en el que se celebró) para ambas religiones, ya que las dos en definitiva celebraban lo mismo, la integración y el reconocimiento de un nuevo miembro dentro de su comunidad, mediante la IMPOSICIÓN DEL NOMBRE.
Tras estos primeros años de fundación y creación, donde se mezclan las celebraciones y costumbres, La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús pasa a festejar definitivamente una tradición cristiana como es el Bautizo del Niño.
Estos hechos y circunstancias resumen los motivos de la creación de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y de la Celebración de la Fiesta del Bautizo del Niño Jesús.
Por lo tanto, todo parece indicar y nos lleva a la conclusión final que esta Fiesta celebró en sus orígenes el rito judío de la Circuncisión, para posteriormente, y hasta nuestros días celebrar el Sacramento cristiano del Bautismo.
Siendo por ello una Fiesta y una Celebración muy importante (independientemente del momento histórico en el que se celebró) para ambas religiones, ya que las dos en definitiva celebraban lo mismo, la integración y el reconocimiento de un nuevo miembro dentro de su comunidad, mediante la IMPOSICIÓN DEL NOMBRE.
Tras estos primeros años de fundación y creación, donde se mezclan las celebraciones y costumbres, La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús pasa a festejar definitivamente una tradición cristiana como es el Bautizo del Niño.